Resumen:
Primer intento orbital con un cohete diseñado y construido en Australia; vuelo terminó a los 14 segundos.
Revés para una industria que busca capacidad soberana de acceso al espacio.
La empresa analiza telemetría y causas del fallo antes de plantear el siguiente intento.
Australia dio un paso histórico con el primer intento de lanzamiento orbital de un cohete diseñado y construido en el país. La mañana del 30 de julio de 2025, el Eris de Gilmour Space despegó desde el Bowen Orbital Spaceport, en la costa de Queensland. El ascenso, sin embargo, duró muy poco: unos 14 segundos después del despegue, el vehículo perdió rendimiento y cayó cerca de la zona de lanzamiento. No se reportaron heridos. El episodio fue seguido en directo y las imágenes corrieron por redes en cuestión de minutos.
Más allá del desenlace, el vuelo fue un hito: es el primer intento de misión orbital desde suelo australiano en más de cinco décadas, con un vector de 23 metros de altura destinado a colocar pequeños satélites en órbita baja. El objetivo del debut no era una misión comercial, sino recopilar datos reales de vuelo para validar sistemas y afinar el diseño. La compañía confirmó que la prioridad ahora es extraer toda la telemetría para entender el comportamiento del vehículo.
Los indicios iniciales apuntan a una pérdida de empuje en el primer tramo del ascenso. Análisis independientes y material del propio fabricante señalan que, tras un despegue nominal, el cohete comenzó a desplazarse lateralmente y perdió sustentación hasta impactar en tierra, generando una columna de humo visible desde kilómetros. Esta secuencia coincide con la hipótesis de un problema de propulsión en motores de la primera etapa, extremo aún por confirmar en la investigación oficial.
El contexto industrial ayuda a dimensionar el golpe. Para un país que aspira a desarrollar capacidad soberana de lanzamiento —y a competir en el segmento de cargas pequeñas—, un primer vuelo corto pero con datos es un paso necesario, no el final del camino. La historia reciente de la astronáutica está llena de primeros intentos que terminan en la llanura, no en órbita. Lo relevante será la velocidad y la calidad de la respuesta: qué se aprende, qué se rediseña y cómo se comunica a reguladores e inversionistas. De momento, el consenso entre autoridades y la propia empresa es que la jornada, pese al accidente, marca un avance en la curva de aprendizaje del sector.
No es la postal soñada, pero sí la etapa que casi todos atraviesan cuando dejan los renders y se enfrentan a la física. Si el siguiente paso llega con un cohete que corrige lo aprendido hoy, el “fracaso” habrá sido barato. En el espacio, pocas lecciones son tan claras como esta: despegar importa; despegar mejor, todavía más.
Fuentes:
ABC News (Australia) - Australian-made rocket crashes after attempted north Queensland launch.