Resumen:

  • Cat. 2, vientos de 100 mph; radio de vientos de tormenta de 265 millas y aviso de marejada para Outer Banks.

  • Evacuaciones en Hatteras y Ocracoke; cierres al baño en playas de Nueva York y Nueva Jersey por corrientes de resaca.

  • Pico de oleaje jueves; efectos secundarios hasta el fin de semana en Bermuda y Atlántico canadiense.

El huracán Erin hizo este miércoles su acercamiento más próximo a la costa este de EE. UU. sin una trayectoria de impacto directo, pero con un tamaño que multiplica sus efectos. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) lo ubicó a primeras horas del día a unos 400 millas al sur-sureste de Cabo Hatteras con vientos máximos de 100 mph. La alerta no es por el ojo del ciclón, sino por su envergadura: los vientos con fuerza de tormenta tropical se extienden hasta 265 millas del centro, suficientes para generar marejadas de gran energía a lo largo de varios estados. El NHC mantiene un Aviso de Marejada Ciclónica de Cabo Lookout a Duck (Carolina del Norte) y advierte de corrientes de resaca potencialmente mortales en gran parte de la costa oriental.

En Carolina del Norte, los condados de Dare y Hyde activaron estados de emergencia y órdenes de evacuación obligatoria para Hatteras y Ocracoke, con salida escalonada de visitantes y residentes. En los últimos ciclos de marea ya se han reportado sobrelavados en tramos vulnerables de la Carretera 12, una vía crítica que históricamente sufre cortes por erosión y oleaje. El llamado de las autoridades locales es claro: la ventana para abandonar las islas barrera se estrecha cuando suben las mareas de la tarde y noche.

El oleaje y las corrientes no se quedan en el sureste. Más al norte, ciudades del litoral han restringido el acceso al agua: en el área de Nueva York y Long Island, así como en puntos de Nueva Jersey, se han decretado cierres al baño y banderas rojas. Los pronósticos sitúan el pico de mar de fondo entre miércoles y jueves, con rompientes que pueden alcanzar 10 a 15 pies en tramos expuestos de Long Island y condiciones traicioneras incluso con cielo despejado. Las corrientes de resaca —canales estrechos de agua que empujan mar adentro a gran velocidad— concentran la mayoría de rescates de playa cada año: si atrapan a un bañista, la recomendación es no luchar contra la corriente y nadar paralelo a la orilla hasta salir de su “cinta transportadora”.

Para las Outer Banks, el Servicio Meteorológico prevé un escenario “extremadamente peligroso” entre miércoles y jueves: oleaje de 15 a 25 pies, rachas de 40–60 mph en bandas externas y hasta 4 pies de marejada en zonas expuestas, agravados por mareas astronómicas altas. En paralelo, Bermuda entra en la zona de influencia con vientos de tormenta tropical posibles y mar muy gruesa (olas de 10–20 pies, con riesgo de “rogue waves” aisladas). Más al norte, la mar seguirá alterada en sectores de Nueva Escocia y Terranova a medida que Erin recurve hacia el noreste y, ya como sistema extratropical, sus remanentes podrían alcanzar Irlanda a inicios de la próxima semana.

En el trasfondo meteorológico, Erin ofrece otra postal de esta era de océanos más cálidos: pasó por un episodio de intensificación explosiva el fin de semana, alcanzando categoría 5 antes de debilitarse y ensancharse. Aunque hoy “solo” sea categoría 2, su gran tamaño convierte al oleaje y la resaca en el riesgo número uno a cientos de millas de distancia. La trayectoria lejos de la costa es una buena noticia, pero no anula el peligro en playa, dunas y carreteras bajas.

La lección de Erin es incómoda pero sencilla: cuando el mapa no dibuja un impacto directo, mucha gente baja la guardia justo cuando el océano más aprieta. Mejor sobreactuar con cierres y evacuaciones que subestimar a un mar que no negocia.

Fuentes:

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